Rosa María Ramírez, embarazada de su hija que iba a morir, rezó al padre Moisés Lira que propició el milagro y será beato: «Yo no lo conozco, padre; ¡pero, usted la va a ayudar!»

«Casualmente, cuando vi un tríptico del padre Moisés Lira Serafin, leí por la parte trasera del mismo que estaba redactado un testimonio de un milagro en una joven atribuido a su intercesión… A partir de ese momento, yo le empecé a rezar durante 9 días consecutivos por medio de la oración de intercesión que ahí en el tríptico venía. Y este caso, fue así. Afortunadamente, con un desenlace hermoso y positivo, pues hoy la bebé es una señorita de 19 años que estudia diseño digital y sigue estando perfectamente saludable. Esta situación me acercó más a Dios que me ha llevado a través de muchas situaciones difíciles; entre ellas, y muy significativa, este problema de salud de mi hija durante mi complicado embarazo. Todo esto me ha llevado con tanto amor a querer conocerle, a amarle, a estar aquí y creer en Él por convicción. Desde entonces, he sentido esa relación con Dios más estrecha. Hoy sé que Él tiene el control de todas las cosas. Dios es mi Padre y mi Madre, y siempre hará y me dará lo que mejor me convenga, porqué Él es todo amor» 

Camino Católico.- El 14 de diciembre de 2023, durante la audiencia concedida al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Papa Francisco autorizó a dicho dicasterio promulgar el decreto relativo al milagro obrado por Dios, atribuido a la intercesión del sacerdote mexicano Moisés Lira Serafín que será proclamado beato.  La protagonista de la curación es Lissette Sarahi, hoy de 19 años de edad, estudiante de diseño digital e impaciente por la beatificación de su intercesor: antes de nacer, Lissette fue diagnosticada de hidropesía fetal no inmune  (HFNI) una grave dolencia que a menudo ocasiona la muerte del bebé poco antes o después del parto.  De sobrevivir, es normal que el nacido presente daños de orden cerebral o genético, así como la aparición de patologías complejas.

Rosa María Ramírez, embarazada de Lissette Sarahi, cuando su hija tenía que morir pidió el milagro y rezó una novena

Al conocer este diagnóstico, en el seno de esta familia de San Felipe en Guanajato (México), Rosa María Ramírez Mendoza, que estaba embarazada de Lissette se abrazó a Dios y se apoyó fuertemente en la oración. Sin embargo, llegó a ese punto de una forma curiosa, según cuenta a Desde la Fe:

“Desde un principio mis oraciones al padre Moisés las hice yo en lo secreto, en lo privado, y nunca involucré a nadie. De hecho, lo di a conocer diez años después, específicamente cuando empezó públicamente el proceso de beatificación del sacerdote. En la actualidad recomiendo vivamente la oración y encomiendo a varias personas a pedir su intercesión ante Dios; aunque creo que, finalmente, cada uno decide a quién recurrir para alcanzar un favor divino.

Dicen que no hay coincidencias en la vida. Fíjese que ahora recuerdo que en mis problemas de la vida que yo consideraba ‘grandes’, nunca me gustaba contarle mis problemas a alguien conocido, ni a mis familiares. Yo buscaba a alguien que no me conociera.

Casualmente, cuando vi un tríptico del padre Moisés Lira Serafin, leí por la parte trasera del mismo que estaba redactado un testimonio de un milagro en una joven atribuido a su intercesión… En mi desesperación y necesidad, pensé, y le dije: ‘Yo no lo conozco, padre; ¡pero, usted la va a ayudar! Hoy pienso que quizá suena mal, o incluso en tono exigente, pero vi que si él abogó por esa persona, ¡por qué no podría hacerlo también conmigo.

A partir de ese momento, yo le empecé a rezar durante 9 días consecutivos por medio de la oración de intercesión que ahí en el tríptico venía.

Tal vez él haya pensado: ‘A esta mujer le gusta recurrir a quien no conoce’”. Y este caso, fue así. Afortunadamente, con un desenlace hermoso y positivo, pues hoy la bebé es una señorita de 19 años que estudia diseño digital y sigue estando perfectamente saludable.

Y fue algo curioso, porque esa hoja, el tríptico, estuvo durante años en mi casa y nunca le presté tanta atención como esa tarde.

Hoy le pido al padre Moisés Lira Serafín que nos ayude a buscar y conseguir paz interior y personal primero, para que así podamos ver al prójimo como lo que es: nuestro hermano. Y de esta forma poder hacer de nuestro entorno un hogar, un lugar en el que todos se sientan seguros, amados y respetados.

Les diría a las madres cuyos hijos sufren una enfermedad rara o gran dificultad que pese al diagnóstico que reciban, siempre se abandonen en Dios, pues no hay un lugar más seguro para depositar nuestros miedos, preocupaciones y angustias.

A través de los siglos, Dios ha hecho infinitos milagros. La biblia nos narra muchísimos, pero muchas veces nuestra lejanía o poco conocimiento de ese Dios de amor y misericordia nos hace andar como ciegos sin saber adónde ir, pretendiendo confiar únicamente en nuestras propias fuerzas.

Les invitaría a abandonarse siempre en su voluntad. Y si sentimos que no obtenemos la respuesta que esperamos, en muchas ocasiones es porque Él tiene otros planes mejores que, aunque nos cueste creer o aceptar, ¡siempre serán para un bien mayor!.

Definitivamente sí que esta situación me acercó más a Dios. Mis padres me criaron en la religión católica, quizá por tradición. Uno va imitando acciones y costumbres: Pero, Dios me ha llevado a través de muchas situaciones difíciles; entre ellas, y muy significativa, este problema de salud de mi hija durante mi complicado embarazo.

Todo esto me ha llevado con tanto amor a querer conocerle, a amarle, a estar aquí y creer en Él por convicción. Desde entonces, he sentido esa relación con Dios más estrecha, y aunque en ocasiones retrocedo, porque en el momento de las pruebas no es fácil lanzarse en un salto de la fe, siempre recuerdo en especial ese milagro obrado en mi hija.

Hoy sé que Él tiene el control de todas las cosas. Dios es mi Padre y mi Madre, y siempre hará y me dará lo que mejor me convenga, porqué Él es todo amor”.

Rosa María Ramírez Mendoza, madre de Lissette Sarahi

Lissette Sarahi, cuan do era pequeña, sanada por intercesión del padre Moisés Lira Serafín que será beato
Lissette Sarahi, protagonista de la curación inexplicable: “Me gusta ser consciente de lo sucedido, un milagro”

Lissette Sarahi estaba en gestación cuando ocurrió el milagro, pero en algún momento conoció sobre la intercesión del padre Moisés Lira en su vida. Consultada con respecto a lo que pensó cuando supo lo ocurrido, comenta que “realmente fue una conversación normal en mi familia en mi vida desde el principio”.

No obstante, señala: “Tal vez por mi edad tan corta no sabía realmente la magnitud de lo que significaba no estar en este mundo, pero conforme he ido creciendo me doy cuenta de que es algo excepcional”.

Hoy, “me gusta ser consciente de lo sucedido y que el que esté aquí no es solo ‘una coincidencia’. En mi familia desde un principio se sabía que era un milagro y ahora el mundo también lo sabrá gracias a Dios”, subraya Lissette Sarahi.

Afortunadamente, en la actualidad Lissette Sarahi sigue siendo una joven perfectamente saludable. Como otros chicos de su edad, tiene metas, sueños y anhelos. Actualmente es estudiante de diseño digital y además, con ayuda de su familia, ha continuado estudios de animación, un área competida en la que muestra grandes habilidades.

“Mi sueño realmente radica en dedicarme al arte en general. Quiero ser ilustradora digital. Amo dibujar y espero hacerlo todo lo que me sea posible. Como es evidente, me gusta darme a notar, expresarme a mí misma ya no solo en lo que plasmo en el papel, sino también a través de la personalidad”.

De acuerdo con su madre, el presunto milagro los unió más a Dios, a quien diariamente le agradece en oración por la generosa intervención divina.

El pasado 14 de diciembre de 2023, el Papa Francisco aprobó el milagro que llevará al sacerdote mexicano Moisés Lira Serafín a los altares.
¿Quién es el padre Moisés Lira Serafín que será proclamado beato?

El padre Moisés Lira Serafín, nacido en Puebla (México) en 1893, tiene una cohorte de devotos entre el pueblo mexicano e hispano: durante años, fue el principal consuelo de enfermos, presos y especialmente de perseguidos, pues en plena revolución anticristiana se dedicaba a llevar la Eucaristía y los sacramentos a los hogares de sus paisanos.

Vivió de lleno parte de la persecución desarrollada entre 1926 y 1929, salvo el tiempo que pasó en Roma. En México dedicaba mucho tiempo al confesionario, donde aconsejaba y orientaba a la vez con exigencia y ternura, dejando actuar a Dios y animando al compromiso apostólico.

En su templo de la Merced fundó un Centro Eucarístico de niños acólitos, una Asociación San Crispín (para zapateros y curtidores), una Congregación Mariana para señoritas y niñas y dos Centros de Catecismo, el Apostolado de la Cruz y la Familia del Espíritu Santo.

En 1934 fundó la congregación de Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, que hoy tienen comunidades en Guatemala, Chile, EEUU, Perú, Nicaragua, Kenia y Roma (además de México).

La causa de beatificación del padre Moisés empezó en el año 2000, y en 2013 el Papa Francisco firmó el decreto que reconocía sus virtudes heroicas. Sin embargo, no fue hasta el 14 de diciembre de 2023 que fue reconocido formalmente el milagro que sucedió hace 19 años y que lo proclamará beato.


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