Sandrine: «Estuve 10 años en los Testigos de Jehová, pero en una noche de oración Jesús transformó mi vida, me confesé, me liberó y vuelvo a ser católica»
* «Era escéptica, pero dijeron unas palabras que me tocaron personalmente. Estas palabras me decían que fuera a reconciliarme con Dios, que me confesara y me liberara de lo que pensaba. Dios me había perdonado pero yo tenía que perdonarme a mí misma para poder seguir adelante en mi vida cristiana. Me siento mal si durante una comida no hablo sobre mi fe, se lo que he leído o he comprendido. Estoy encantada de que Jesús haya transformado mi vida porque conlleva mucho bien y plenitud»
Vídeo del testimonio de Sandrine en Découvrir Dieu que traduce y edita Mater Mundi TV
Camino Católico.- Aunque nació en una familia cristiana, en la adolescencia se empezó a hacer preguntas para las que no encontraba respuestas. La animaron a buscar en la Biblia a través de una comunidad de Testigos de Jehová. «Ellos te hablarán de la Biblia mucho mejor que en la Iglesia Católica», le dijeron. Le tentó la idea y confió en su propio discernimiento para distinguir lo que sería mejor.
Se quedó en aquella comunidad durante 10 años. Pero algo empezó a descuadrarle. No entendía que el amor y la misericordia de Dios quedaran solo limitados para las personas que pertenecían a aquella religión. Se dio cuenta de que había dado la espalda a Dios, pero no sabía qué hacer, a dónde dirigirse.
Fueron en cierto modo sus 2 hijos, a través del colegio católico en los que los inscribió, los que le fueron llevando a replantearse su camino espiritual. Durante una noche de oración recibió un mensaje claro, una invitación a la reconciliación con Dios. «Esa noche de oración cambió toda mi vida». Ahora Sandrine no concibe su vida sin hablar de Dios y compartir su experiencia de regreso a la religión católica. «Estoy encantada de que Jesús haya transformado mi vida», cuenta en un vídeo de Découvrir Dieu. Esta es su historia:
«Después de 10 años en los Testigos de Jehová vuelvo al catolicismo»
Nací en una familia cristiana. Durante la adolescencia no encontré respuestas satisfactorias a lo que me habían explicado. Entonces, era la última adolescente menor de edad que había mi parroquia. Entonces encontré a unos amigos que me dijeron: “Sabes, los Testigos de Jehová estudian la Biblia, ellos te hablarán de la Biblia mucho mejor que en la Iglesia Católica”. Y eso me tentó.
Es verdad que no estaba particularmente asustada y pensé que era capaz de discernir sobre la Biblia o lo que estaba aprendiendo. Me quedé en esa organización diez años, hasta que me di cuenta que la salvación, la vida eterna, estaba limitada exclusivamente a las personas que eran Testigos de Jehová. Y sinceramente pensé que la misericordia y el amor de Cristo no podían limitarse simplemente a que las personas se adhirieran o no a esta religión. Así que decidí salir y alejarme de ellos.
Fue algo difícil porque estaba desgarrada, sentía que le había dado la espalda a Dios, a Cristo, y no sabía dónde ubicarme. Después tuve dos hijos y ellos son los que en parte me llevaron de nuevo a Cristo, porque los escolaricé en un colegio católico. Allí conocí a algunas hermanas trinitarias muy bondadosas y empecé un nuevo camino espiritual. Me di cuenta de que tenía derecho a rezar, pero también a reencontrarme con mi religión, la religión católica.
El punto de inflexión en este camino de la vida cristiana tuvo lugar durante una noche de oración, donde las personas van esencialmente a buscar alivio, consuelo o sanación. Era escéptica, pero dijeron unas palabras que me tocaron personalmente. Estas palabras me decían que fuera a reconciliarme con Dios, que me confesara y me liberara de lo que pensaba. Dios me había perdonado pero yo tenía que perdonarme a mí misma para poder seguir adelante en mi vida cristiana.
Esa noche de oración cambió toda mi vida. Me había olvidado de lo esencial, fue un choque emocional beneficioso, físico, y elegí que no iba a volver a lo anterior. Esto quiero compartirlo. Me siento mal si durante una comida no hablo sobre mi fe, se lo que he leído o he comprendido. Estoy encantada de que Jesús haya transformado mi vida porque conlleva mucho bien y plenitud.
Sandrine
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