Daniel Bashir, 28 años, curado de una enfermedad del habla por Cristo y llamado a ser sacerdote: «Decidí donar mi vida al servicio de Dios porque Él me ha salvado»

“No lograba hablar bien y con mi madre me entendía a gestos. A causa de esta situación no tenía amigos, estaba totalmente sin esperanzas. Me avergonzaba y probaba un gran dolor. Un día fui a la iglesia y escuché una hermosa homilía de un sacerdote. Era antes de Pentecostés y los discípulos estaban solos, pero luego el Espíritu Santo descendió sobre ellos, que estaban reunidos con la Virgen María.  Advertí que estaba en la misma situación: no tenía amigos, estaba solo y con tanto miedo en el corazón. Me dirigí a Cristo eucarístico y le dije: ‘Soy un instrumento en tus manos, por favor úsame’. Desde aquel día inicié a mejorar poco a poco. Esto fue un gran milagro para mi vida”

18 de abril de 2018.-  (Anna Chiara Filice / Asia News / CaminoCatólico.com)   “Decidí donar mi vida al servicio de Dios, porque Él me ha salvado”. Lo dice a Asia NewsDaniel Bashir, de 28 años, coordinador nacional de Jesus Youth, el movimiento de los misionaros laicos de Pakistán. Lo hemos encontrado en Roma, donde él representó a los jóvenes de su país en el Pre-Sínodo que se desarrolló en el Vaticano. Daniel, licenciado en Medicina, en junio entrará al seminario para iniciar el recorrido de formación sacerdotal.

En lo que se refiere a su vocación, afirma “no podía no dedicar mi vida al Señor. Él me salvó cuando estaba solo, sin amigos, me avergonzaba porque no lograba hablar bien y vivía muy enojado conmigo mismo. Pero luego en 2003 mi mamá  me llevó a la iglesia y yo, frente a Cristo eucarístico, puse en él mi confianza y le pedí que me curara. Y sin la ayuda de los médicos, poco a poco recobré el habla”.

Daniel cuenta que tiene problemas de logopedia desde mi nacimiento: “No lograba hablar bien y con mi madre me entendía a gestos. A través de una simple seña, ella entendía lo que deseaba. Pero a causa de esta situación no tenía amigos, estaba totalmente sin esperanzas. Me avergonzaba y probaba un gran dolor. Un día fui a la iglesia y escuché una hermosa homilía de un sacerdote. Era antes de Pentecostés y los discípulos estaban solos, pero luego el Espíritu Santo descendió sobre ellos, que estaban reunidos con la Virgen María”. En aquel instante, continúa,“advertí que estaba en la misma situación: no tenía amigos, estaba solo y con tanto miedo en el corazón. Me dirigí a Cristo eucarístico y le dije: ‘Soy un instrumento en tus manos, por favor úsame’. Desde aquel día inicié a mejorar poco a poco. Esto fue un gran milagro para mi vida”.            

La llamada vocacional “llegó el 2 de diciembre de 2012, mientras me encontraba en una reunión de jóvenes en Dubai en los Emiratos Árabes. Tenía que hablar frente a un público de 300 personas y  pude hacer tantos pasos desde cuando ni siquiera podía hablar. Empecé a llorar porque sabía que todo era obra de Cristo. Advertí la gracia de Dios sobre mí y entendí que quería servirlo y ser sacerdote. Mi familia me apoyó en esta decisión, si bien antes me alentaron a terminar los estudios. Ahora, gracias a Dios, soy médico y podré ser un sacerdote al servicio de los enfermos”.

El joven es desde hace años miembro activo en el grupo de misioneros laicos. El  compromiso le permitió viajar pos diversos países asiáticos y encontrase con jóvenes como él. “Como misionero católico, visitó diversas ciudades de Pakistán y fui también a Tailandia, Sri Lanka y también a los Emiratos árabes por un año. Con la ayuda de los obispos, organizamos encuentros de formación bíblica”. El motivo, explica. “es que sobre la tierra tenemos 3 tareas: conocer, amar y servir a Dios. Y en la Biblia es donde encontramos las respuestas a nuestras preguntas”. Como líder católico, “invito a otros jóvenes a ir a la iglesia, asistir a la misa y reconciliarse con el Señor a través dl sacramento de la confesión”.

En Pakistán, reporta, “la Iglesia es muy activa gracias a la actitud de los obispos, que tienen grandes planes para los jóvenes. Además en 2018 celebramos el Año de La Eucaristía y ponemos la atención sobre 2 aspectos: adoración y confesión”. Por cuanto respecta a la predicación del Evangelio, afirma “que en el país es muy fácil gracias a varios canales de televisión que difunden el mensaje cristianos a todas las horas, proyectando la celebración de la misa, las oraciones y los servicios litúrgicos. Espero que los jóvenes se comprometan más dentro de la Iglesia, pero también en los estudios porque hoy en la sociedad paquistaní faltan figuras profesionales expertos entre los católicos”. Al mismo tiempo, se refiere a los recientes casos de blasfemia, para los cuales es necesario estar muy atentos con el uso de la rede sociales. Como católicos paquistaníes, tenemos que respetar al país y a la religión oficial de la nación en la cual vivimos. Debemos respetar a todas las religiones de los otros y pedimos respeto por la nuestra.

Sobre el vínculo con jóvenes de otras religiones, él dice:“mi mejor amigo es musulmán, y tengo varios amigos de religión islámica. Hemos estudiado juntos y seguimos viéndonos regularmente. Nos encontramos y festejamos juntos. Cada uno participa de las festividades religiosas del otro”.

Según Daniel,“el verdadero problema de Pakistán es la discriminación, que los niños aprenden desde que son pequeños, en las escuelas, durante los años de estudio. En nuestro sistema educativo, se extiende el siguiente mensaje: si tú no eres creyente (believer), eres un infiel (koffar). La discriminación se arraiga en la mente del niño, que prefiere no ir a la escuela con tal de no ser considerado infiel”. “Por lo tanto, el primer campo donde debemos actuar es la educación, si queremos superar este tipo de dificultades”.  

Y admite que Pakistán“suele estar marcado por episodios de extremismo y fundamentalismo islámico, los cuales, no obstante, no azotan únicamente a los cristianos, sino también a las mezquitas musulmanas. Todas las religiones se ven afectadas por el mismo problema”. A mi modo de ver, concluye, “lo único que podemos hacer es rezar por ellos. No es posible dialogar con los extremistas, debemos rezar por ellos. Rezar, para que Dios los ayude y cambien su vida. Si nosotros nos confiamos por completo a Él, Él nos salvará. Debemos rezar por los fundamentalistas, pero no para que ellos cambien de fe, sino para que Dios convierta sus corazones y sus mentes”.

Comentarios 0

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad