Los médicos confirman la curación extraordinaria en Lourdes de la monja sor Luigina Traverso que tenía “ciática paralizante en meningocele”

Durante la procesión eucarística, la religiosa salesiana indica a sus acompañantes que sintió, cuando pasó el celebrante con la hostia consagrada, un «fuerte calor en su cuerpo y el deseo de levantarse»

6 de marzo de 2012.- La carta fue enviada el 10 de febrero de 2012 desde Lourdes, en coincidencia con el 154 aniversario de la primera aparición a Bernadette Soubirous. Jacques Terrier, obispo que está por renunciar a la diócesis de los Pirineos que se ha convertido en la meta del peregrinaje de los fieles de todo el mundo, escribió al obispo de Casale de Monferrato, Alceste Catella, comunicándole que el “Bureau Medical” de Lourdes (el comité médico internacional que debe examinar y juzgar las presuntas curaciones tras la visita al santuario mariano) reconoció que era inexplicable, a la luz de los conocimientos científicos actuales, «la curación de sor Luigina Traverso».

(Andrea Tornielli / Vatican InsiderLa parte científica del caso de la religiosa salesiana que trabaja como ecónoma en el Instituto San Giuseppe de San Salvatore de Monferrato ha terminado; ahora es el turno del obispo Catella para ofrecer su interpretación y proclamar, eventualmente, la curación milagrosa. Sor Luigina Traverso nació en Novi Ligure en 1934. En julio de 1965, informa un comunicado del presidente de la Oftal (asociación que acompaña a los enfermos en sus peregrinajes a Lourdes), la religiosa participó en el «peregrinaje Oftal de Tortona gravemente enferma de “ciática paralizante en meningocele”». Estaba en una camilla, hacía mucho tiempo que no caminaba y se había operado muchas veces sin obtener resultados. «Poco antes de partir había ido a hacer un chequeo médico que reveló: “Paciente en condiciones generales de sufrimiento, pálida, hipotensa: cicatriz quirúrgica fresca y seca… rigidez y contracción del tracto lumbosacral de la columna. Movilidad del pie reducida por parálisis de los músculos tibiales anteriores… Hipoeficiencia del sural y del tibial posterior..».

Sor Luigina hace, pues, su peregrinaje a Lourdes y, con fe, se sumerge en las piscinas del santuario. Después, el 23 de julio, durante la procesión eucarística, la religiosa salesiana indica a sus acompañantes que sintió, cuando pasó el celebrante con la hostia consagrada, un «fuerte calor en su cuerpo y el deseo de levantarse». La monja se siente mejor y nota que sorprendentemente puede volver a mover el pie y que desaparece el dolor. Le llevaron a su habitación, ante la presencia del responsable del peregrinaje, el doctor Danillo Cebrelli, y del delegado obispal monseñor Lorenzo Ferrarazzo. La peregrina pide recibir la bendición de Ferrarazzo, que responde explícitamente: «Sor Luigina, si quiere recibir la bendición, levántese y venga a arrodillarse para rezar». Sor Luigina obedece inmediatamente, baja de la cama y se arrodilla.

Al regresar del peregrinaje, la monja se ha curado, y el 27 de julio de 1965, el profesor Claudio Rinaldi confirma: «Buenas condiciones generales […] Articulaciones inferiores completamente móviles con fuerza igual y simetría […] Sensibilidad normal». Desde entonces, sor Luigina no volvió a tener ninguna manifestación de la patología que había sido la causa de su invalidez.

En julio de 2010, muchos años después de que se abriera la práctica, en ocasión del peregrinaje de Oftal de Tortona, el caso de sor Luigina Traverso fue presentado de nuevo y evaluado por el “Bureau Medical”, que expresó el juicio unánime de «curación completa y permanente». El obispo de Casale Monferrato, ante la pregunta sobre la supuesta naturaleza milagrosa de lo sucedido, respondió: «Esto todavía no podemos afirmarlo, porque es competencia de la Iglesia certificarlo; sin embargo aquí tenemos la base científica para poder llegar a esta certeza. Es una alegría enorme poder hacer esta comunicación y me permite renovar mi invitación a participar en el peregrinaje diocesano: ir a Lourdes para agradecer a María, Madre siempre atenta a las súplicas de sus hijos».

«Nuestra asociación Oftal y nuestra diócesis de Casale Monferrato –afirma el comunicado del presidente diocesano Alberto Busto– reciben nuevamente la mirada amorosa de María, después de la curación extraordinaria que tuvo lugar el 2 de junio de 1950 al casalés Evasio Ganora, que habría luego sido reconocido por la Iglesia solemnemente como milagro en 1955». Los números indican que hasta ahora ha habido seis milagros a italianos reconocidos 

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