Peter Adamski quería entregar su vida a Dios pero conoció a quien ha sido su esposa, se casó y se dedicó a los negocios: A los 66 años se hizo sacerdote cuando falleció su mujer
* «Tenía mi mano derecha sosteniendo su mano derecha, acariciando su cabello, diciéndole lo mucho que la amaba, agradeciéndole por compartir su vida conmigo, darme un hijo y decirle que estaba a punto de ver cara a cara a Cristo. Y mientras recitaba el Padrenuestro, la vi tomar su último aliento. Una muerte pacífica y santa y feliz .Tres días antes de morir, Kathy me dijo sus últimas palabras cuando le compartí: ‘Estoy pensando en ser sacerdote’. Y ella respondió: ‘Peter, adelante y, si hay alguna manera de hacerlo, te consolaré’»
A.L.M. / Camino Católico.- A los 66 años, Peter Adamski se convirtió en sacerdote en la ciudad de Stratford, Connecticut, en la iglesia St. James, pero su camino hacia el sacerdocio fue largo porqué era un hombre de negocios casado y con un hijo. A su esposa Kathy le diagnosticaron cáncer y Alzheimer de aparición temprana cuando ella tenía 61 años. Ella falleció en sus brazos y tres días antes de su partida lo animó a cumplir la llamada que sentía de Dios en aquel momento de ser sacerdote.
Cuando era adolescente, Peter Adamski creía que Cristo lo estaba llamando a ser sacerdote. Eso cambió rápidamente cuando un día, en el campus de su universidad, a los 19 años, vio a Kathy, la mujer que se convertiría en su esposa durante 40 años. «Subo este tramo de escaleras y la vi recostada en la pared», le dice Adamski al corresponsal de EWTN, Colm Flynn, en una entrevista en ‘EWTN News In Depth’. “Fue amor a primera vista”, asegura, y los dos se casaron menos de dos años después.
Adamski se unió a la empresa farmacéutica Johnson & Johnson a los 26 años y rápidamente se convirtió en un exitoso hombre de negocios. «Me atraían los negocios. Y terminé trabajando en la oficina del tesorero corporativo, haciendo negocios a nivel mundial para J&J”.
Aunque Peter nunca faltó a su obligación dominical de asistir a Misa, admite que su vida de oración e incluso su matrimonio estaban quedando desatendidos.
Un día, Kathy lo confrontó en su oficina: “Ella le dijo: ‘Peter, no puedes servir a Dios y al dinero y tu carrera corporativa es tu dinero y estás poniendo nuestro matrimonio en riesgo’”.
“Ella tenía toda la razón. Estaba muy motivado para ascender en la escala corporativa. Nunca eran suficientes mis ascensos. Necesitaba más y más”, afirma Peter.
Él tomó esto como una llamada de atención y comenzó a centrarse más en su matrimonio. Posteriormente, Peter y su esposa tuvieron un hijo, John. Todo parecía ir perfectamente para la familia de tres miembros hasta que recibieron una noticia inesperada: a Kathy le diagnosticaron cáncer y Alzheimer de aparición temprana.
“El día más difícil de nuestras vidas juntos fue el 28 de octubre de 2010, cuando salimos del Columbia Presbyterian Hospital. ‘A los 61 años tienes Alzheimer de aparición temprana’”, dice.
“Todavía puedo vernos abrazados en la acera sabiendo lo que nos acaban de decir: no hay cura para el Alzheimer, es un largo adiós. Y supe que nuestra visión de que envejeciésemos, nos encorváramos y tuviéramos canas juntos no iba a hacerse realidad. Si Kathy estuviera sentada aquí hoy, les contaría sobre los siete tipos diferentes de cáncer que tuvo, la enfermedad renal, el trasplante de riñón… pero el diagnóstico de Alzheimer fue el más difícil de afrontar», asegura.
Con el paso de los años, Kathy comenzó a perder lentamente la memoria. Ella comenzó a hacer las mismas preguntas una y otra vez y cada vez que Adamski tenía que salir de casa, incluso si era solo para pasear al perro, tenía que dejar post-its por toda la casa recordándole dónde estaba.
Para Peter, cuando Kathy olvidó dónde se casaron “fue como si le clavaran un cuchillo en el corazón”.
A pesar del sufrimiento que atravesó, Peter Adamski nunca cuestionó a Dios por qué le estaba pasando esto. “Mírenlo en la cruz, lo que hizo por nosotros en esa cruz; hablen sobre el amor sacrificial”, dice.
Kathy murió el 10 de octubre de 2014 en los brazos de Peter en su casa: “Tenía mi mano derecha sosteniendo su mano derecha, acariciando su cabello, diciéndole lo mucho que la amaba, agradeciéndole por compartir su vida conmigo, darme un hijo y decirle que estaba a punto de ver cara a cara a Cristo. Y mientras recitaba el Padrenuestro, la vi tomar su último aliento. Una muerte pacífica y santa y feliz”, recuerda.
Tres días antes de morir, “Kathy me dijo sus últimas palabras cuando le compartí: ‘Estoy pensando en ser sacerdote’. Y ella respondió: ‘Peter, adelante y, si hay alguna manera de hacerlo, te consolaré’”.
Peter tiene la certeza que sintió en aquel momento como si escuchara al Señor decir: “Ahora tú eres mío”.
Peter Adamski decidió renunciar a sus lujos para vivir una vida más sencilla y dice que entonces se sintíó “libre”.
“Cuando vi a mi esposa en la sala de mi casa a punto de morir, todas las cosas que habíamos hecho no significaban nada, no tenían sentido. Todo había pasado, desaparecido. Lo que importaba es el amor que compartimos”, asevera.
Adamski ha sido sacerdote durante cuatro años y lo valora como “una experiencia gozosa”. Dice que cree que su matrimonio le ayudó a ser un mejor sacerdote. Ahora, a los 70 años, siente que su vida es más plena que nunca y mantiene el recuerdo de Kathy cerca de su corazón. Su hijo, John, asiste a muchas de sus celebraciones. “Me despierto cada mañana diciendo: ‘Señor, hoy hago todo para tu honor y gloria y gracias por mi sacerdocio’”.
El vídeo en inglés del testimonio de Peter Adamski
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