Un hombre drogado atropelló y mató a 3 hijos de Daniel y Leila Abdallah: «Si Jesús murió en la cruz por mí, puedo orar por ese conductor. Nuestra fe hizo que lo perdonáramos»

* Leila Abdallah: «Creo que en mi corazón, lo perdono… No voy a odiarlo, no es lo que somos y no es lo que nuestra religión nos dice. El Espíritu Santo movió mis labios para hablar palabras de perdón. No podemos elegir lo que nos sucederá en la vida, pero podemos elegir cómo responder. ¡Responde con una sonrisa! ¡Ofrécelo a Jesús! Confía en la voluntad de Dios»

Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News en el que se  visualiza y escucha todo el testimonio de perdón y sanación de Daniel y Leila Abdallah, traducido al español, en el X Encuentro Mundial de las Familias

* Daniel Abdallah «Elegí perdonarme a mí mismo por decirles a mis hijos que salieran a caminar. Elegí perdonar al ofensor en obediencia a mi Padre que está en los cielos. Si mis hijos estuvieran aquí hoy, dirían: ‘Papá, perdónalo’. El perdón es más para el que perdona que para el perdonado. Cuando perdonas a la otra persona, empiezas a sanar»

A.L.M. / Camino Católico.- Los Abdallah, Daniel y Leila, son padres de siete hijos cuyas vidas se vieron convulsionadas hace dos años por la muerte de tres de sus hijos a manos de un conductor ebrio. En Camino Católico publicamos como reaccionó el matrimonio entonces. La pareja ha contado su historia en el 10º Encuentro Mundial de las Familias, en el Aula Pablo VI del Vaticano, reflexionando sobre cómo su fe los ha llevado al perdón con el objetivo de alentar a quienes los escuchan «a aferrarse a Cristo, abrazar el sufrimiento y ofrecerlo ante la cruz de Jesús”, incluso cuando la vida es difícil.

El matrimonio cristiano maronita -padres de siete hijos- que ha intervenido el cuarto día del Encuentro Mundial de las familias, ha narrado la tragedia que vivieron el 1 de febrero de 2020 cuando un conductor ebrio y drogado mató tres de sus hijos: las hijas Sienna y Angelina, el hijo Anthony y su sobrina Veronique Sakr.

Es una historia de dolor, de incredulidad, de una familia destrozada y una comunidad en duelo, pero también es una historia de amor, de perdón y de sanación, mientras la pareja continúa en el camino de la santidad.

Danny y Leila se conocieron en Líbano. Recuerdan que se eligieron uno al otro por su fe católica: La “primera pregunta que me hizo Danny fue: ‘¿Oras?’ Y esa fue mi señal de Dios”, explica Leila.

“Siempre digo que la decisión más importante que tomas en tu vida es con quién te casas, y sé que una mujer que ama y teme a Dios estará contigo en tu hora más oscura”, menciona Daniel.

Vivían como una feliz familia hasta ese 1 de febrero de 2020. “Lo que vimos fue más allá de nuestra comprensión”, recuerda Danny cuando llegó a la escena. “Cuando los vi, me di cuenta de que tenía que rendirme a Dios”.

“Comencé a orar cuando todos a mi alrededor estaban gritando”, recuerda Leila. “Mi respuesta inmediata fue ‘¿Por qué Dios nos haría eso? No, no puede llevarse a nuestros hijos. Él no nos haría eso”.

Al llegar al hospital, cuatro sacerdotes le dieron la triste noticia: Antony de 13 años, Angelina (12), Sienna (9) y su sobrina, Veronique (11), no sobrevivieron.

Los tres hijos de Daniel y Leila Abdallah que fallecieron atropellados: Antony de 13 años, Angelina (12), Sienna (9)

Elegir perdonar

El conductor fue condenado a 21 años de prisión, pero los padres de los niños no lo odian: “Lo siento por él”, dice Danny. “Rezo por él. El diablo lo usó como un títere”.

Durante el relato, Leila cuenta su decisión de perdonar al conductor que le causó tanto dolor a ella y a su familia.

En un acto que conmocionó a los medios de comunicación, Leila lo perdonó públicamente.

“El perdón es algo que practicas, es algo que practicas toda tu vida. Entonces, eventualmente, puedes perdonar a una escala mayor”, explica. “Y no perdonas porque los demás merezcan ser perdonados. Es porque mereces estar en paz. Si Jesús puede perdonarme, entonces, por supuesto, puedo perdonar al conductor“, enfatiza. “Si murió en la cruz por mí, entonces, por supuesto, puedo orar por ese conductor. Nuestro cristianismo, nuestra fe hizo que lo perdonara“.

Aún no habían transcurrido 48 horas desde el atropello cuando Leila manifestó su perdón ante los medios de comunicación: “Creo que en mi corazón, lo perdono… No voy a odiarlo, no es lo que somos y no es lo que nuestra religión nos dice”. Ella señala que no sabía el impacto de estas palabras, pero cree que «el Espíritu Santo movió mis labios para hablar palabras de perdón».

Daniel, por su parte, asegura que se dio cuenta de que cualquier reacción que tuviera podría determinar dónde «estarían» él y su familia por el resto de sus vidas.

“Elegí perdonarme a mí mismo por decirles a mis hijos que salieran a caminar. Elegí perdonar al ofensor en obediencia a mi Padre que está en los cielos. Si mis hijos estuvieran aquí hoy, dirían: ‘Papá, perdónalo’. El perdón es más para el que perdona que para el perdonado. Cuando perdonas a la otra persona, empiezas a sanar”.

Del dolor al perdón

La pareja de Australia entrevistada por Vatican News en una entrevista al margen de su relato realizado en el Aula Pablo VI del Vaticano. Daniel insiste en que la profundidad del perdón que tienen como pareja también les ha enseñado mucho sobre el otro y sobre la forma en que se miran. Agrega que a pesar de las discusiones ocasionales, han aprendido a perdonarse porque “a veces hay cosas a las que no vale la pena aferrarse”.

Su esposa, Leila, comparte su punto de vista y señala que algunas parejas se divorcian porque no saben cómo perdonarse: “Es importante dejar ir la ira. Perdona incondicionalmente. Ama incondicionalmente para que tengas empatía y compasión en tu matrimonio”.

Daniel y Leila Abdallah cuentan como lograron perdonar mirando a Cristo en la cruz

Aferrándose a la fe

En testimonio ante los asistentes al Encuentro Mundial de las familias, la pareja también se refirió a su fe, a la que tuvieron que recurrir mientras trataban de sanar y perdonar.

Cuando se le pregunta cómo maduró su fe, Leila cuenta que creció en su fe desde su niñez: asistiendo a misa, confesándose y rezando el rosario. Ella dice que continuó con estas prácticas incluso después de su matrimonio y se las ha transmitido a sus hijos, enseñándoles a practicar el perdón también. “Tratamos de enseñarles a rezar el Rosario, leer su Biblia, vivir su fe, ser buenas personas en la vida y compartir el rostro de Dios a través de ellos”, explicó Leila cuando sucedió la tragedia.

La fe de su esposo llegó un poco más tarde, después del matrimonio y de tener hijos. Señala que se ha inspirado mucho en el “Padre Nuestro”, particularmente cuando decimos “perdónanos nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.

El esposo de Leila, Daniel, agregaba en febrero de 2020: “Nuestros hijos son nuestra razón de vivir. Criarlos de acuerdo con los caminos de Dios, enseñarles a amar, brindarles todas las oportunidades y nutrirlos de hombres y mujeres jóvenes positivos e impactantes fue y es el propósito de nuestra vida. Nuestra vida aquí en la tierra no es más que un vapor en comparación con Sus planes eternos, y el propósito que Dios tiene para Sus hijos”.

Daniel y Leila Abdallah con sus hijos antes de padecer el trágico atropello / Foto: Vatican Media

Los tres hermanos Abdallah se ofrecieron como voluntarios y dedicaron sus noches de viernes a alimentar a los menos afortunados en una cocina para personas sin hogar de la Fundación Team Jesus. Desde una edad muy temprana, estos niños captaron la altura y la profundidad del amor de Dios y alcanzaron un nivel espiritual muy alto.

Mensaje para otros en duelo

A otras personas que luchan con el dolor y la pérdida, Daniel y Leila los invitan a no perder la esperanza y ofrecer sus sufrimientos a Cristo en la cruz, porque todos experimentaremos al Jesús que sufre y también a la gloria de Jesús.

“Mi mensaje sería que todos tengan una cruz que cargar”, dice Leila. “No podemos elegir lo que nos sucederá en la vida, pero podemos elegir cómo responder. ¡Responde con una sonrisa! ¡Ofrécelo a Jesús! Confía en la voluntad de Dios”.

La pareja incluso ha encontrado una manera de transformar su dolor en ayudar a los demás. Ha establecido la fundación “i4give.com” que brinda a las personas herramientas para aprender a perdonar y los beneficios del perdón.

“Nuestro mundo anhela el perdón”, dice Daniel, “y cuando hablamos de eso, la gente está tan hambrienta y sedienta de entender con qué herramientas necesito estar equipado sobre el perdón”.

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